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Infecciones urinarias. ¿Cuándo preocuparse?

Después de la pandemia del coronavirus, entendimos que no todas las personas responden igual a una infección.

Mientras algunos no parecen siquiera enfermos, otros pueden complicarse de manera grave.

Algo similar ocurre con las infecciones urinarias.

A pesar de que, en mujeres en edad fértil, la cistitis es una infección muy común y que rara vez se complica, hay otros grupos de personas en las que una infección urinaria puede tener serias consecuencias.

En estos casos, la consulta temprana es vital y puede evitar hospitalizaciones y muertes.

¿Qué es una infección urinaria?

Es una enfermedad producida cuando las bacterias de la piel, el colon o los alrededores de las vías urinarias entran en la orina y se multiplican.

Es más común en mujeres porque el conducto de salida de la orina desde la vejiga (uretra) es muy corto y se encuentra muy cerca de la vagina y el ano.

Así, fácilmente la orina se expone a las bacterias del flujo vaginal o de la materia fecal.

En épocas de cambios hormonales como la menopausia o el embarazo, la vía urinaria cambia y es más fácil tener infecciones.

Las infecciones urinarias bajas (en vejiga y uretra) son mucho más frecuentes que las altas (afectan los riñones).

¿Cómo se diagnostica una infección urinaria?

Se sospecha una cistitis en cualquier persona con sensación de ardor o quemazón al orinar, dolor abdominal bajo, orina con sangre, ganas de orinar con frecuencia y poca cantidad cada vez.

En personas de bajo riesgo, se puede tratar la infección sin necesidad de tomar exámenes.

Si hay dolor en la parte baja de la espalda, fiebre, vómito o signos de enfermedad grave, se sospecha una infección del riñón y los exámenes y tratamientos se harán de manera prioritaria en un hospital.

El examen más común que se solicita es el de orina simple (parcial de orina o uroanálisis) que puede mostrar signos de la infección y otras alteraciones.

La confirmación de una infección urinaria siempre se hace con un urocultivo, aunque este es un examen que no se hace de rutina, sino por lo general en infecciones urinarias más complicadas o como seguimiento para confirmar que el tratamiento antibiótico tuvo éxito.

En el urocultivo se determina exactamente cuál es la bacteria causante de la infección y cuáles antibióticos sirven para eliminarla.

Para que los exámenes sean confiables es muy importante tomarlos adecuadamente. 

Es fundamental el aseo genital con agua, orinar primero en el inodoro un poco y luego sí recoger la muestra en el recipiente estéril destinado para ello sin tocar con los dedos ni el interior ni el borde porque las bacterias de las manos pueden contaminar la muestra de orina.

¿Cuándo preocuparse por una infección urinaria?

Los grupos de especial cuidado al hablar de infecciones de las vías urinarias son:

  • Niños
  • Mujeres embarazadas
  • Hombres
  • Personas con demencia
  • Cualquier persona con infecciones urinarias que repiten

Infecciones urinarias en niños

Es muy probable que un bebé de menos de seis meses con infección urinaria tenga que ser tratado en el hospital. 

Los menores de dos meses con seguridad lo necesitarán porque presentan un alto riesgo de presentar infecciones del riñón y graves complicaciones.

Es una infección difícil de diagnosticar porque a veces solo es un bebé que llora mucho y tiene fiebre sin problemas muy obvios en la orina. 

Por esto, puede ser tratada como otra infección, respiratoria por ejemplo, y no dársele la importancia suficiente.

Siempre se debe hacer diagnóstico y seguimiento con urocultivos en niños pequeños y hacer toma de ecografía de vías urinarias y tal vez otros exámenes para descartar malformaciones del riñón o una enfermedad llamada reflujo vesicoureteral (la orina se devuelve desde la vejiga hacia arriba) que serían la causa de la infección.

Infecciones urinarias en el embarazo

En el embarazo, las infecciones urinarias son peligrosas porque aumentan el riesgo de hospitalizaciones por pielonefritis (infección del riñón), parto prematuro, bajo peso del recién nacido y ruptura prematura de membranas (las membranas que protegen al bebé se rompen antes del parto aumentando el riesgo de infecciones).

Todo esto conlleva el problema adicional de aumentar las hospitalizaciones y el riesgo de muerte tanto de la madre como del bebé.

Por eso, en embarazadas se solicitan los exámenes de orina (uroanálisis y urocultivos) en varias oportunidades, sobre todo en los primeros tres o cuatro meses y cerca del parto.

Un examen de orina con signos de infección, incluso si la mujer no presenta ningún síntoma, se trata como una infección en el embarazo.

Infecciones urinarias en hombres

En los hombres es más difícil que se presente una infección urinaria porque la uretra es más larga y es menos probable que las bacterias lleguen a la orina.

Por eso, además del tratamiento rápido para impedir la progresión de la infección hacia el riñón, es importante averiguar si existe una posible obstrucción del flujo normal de orina en especial si se presenta dolor abdominal bajo.

Las causas más frecuentes de esta obstrucción son el aumento de tamaño de la próstata, la estrechez uretral (por infecciones de transmisión sexual previas o uso de sondas para extraer la orina, por ejemplo), cálculos urinarios. 

También se deben descartar enfermedades que disminuyan las defensas naturales del cuerpo como la diabetes, por ejemplo.

Infecciones urinarias y demencia

La demencia más conocida es la de Alzheimer, pero existen muchas otras condiciones similares en las cuales la persona presenta pérdidas importantes de memoria, desorientación y otras formas de deterioro mental.

En estos casos, es difícil el diagnóstico de infección urinaria porque el paciente no está consciente de lo que es normal o no y puede fácilmente pasar por alto los síntomas.

Además, como la mayoría de personas con demencia son ancianos, por lo general las defensas del cuerpo están disminuidas y es raro que se presenten signos claros de infección como la fiebre.

A veces, la única manera de sospechar que una persona con demencia tiene una infección urinaria es porque su estado mental se altera: se agitan más, tienen alucinaciones y, en general, empeoran de repente.

Infecciones urinarias recurrentes

En todos estos grupos suele haber infecciones urinarias a repetición porque hay factores de riesgo asociados.

Es clave hacer seguimiento con uroanálisis y urocultivos constantes para evitar que los riñones sufran proporcionando el tratamiento antibiótico acertado y completo a tiempo, si es necesario por tiempo prolongado.

En mujeres sin estos factores de riesgo, a veces se presentan infecciones urinarias recurrentes que deberían tener seguimiento por un urólogo para descartar complicaciones de salud nuevas.

El objetivo en todos los casos es curar la infección e impedir el daño del riñón.

Referencias

MedlinePlus Infección urinaria en niños

Infecciones del tracto urinario (para Padres) – Nemours KidsHealth

Manual MSD Infección urinaria en lactantes y niños

NIDDK NIH Infección de vejiga en niños

Manual MSD Infección urinaria en embarazo

MD SAUDE Infección urinaria en el embarazo: riesgos y tratamiento

Infección de la vejiga en los hombres: ¿Cuáles son los síntomas?

Infecciones de las vías urinarias en los hombres

Consecuencias conductuales de la infección de orina en personas con alzheimer y otras demencias

La demencia altera los síntomas de la infección urinaria

Salusmayores Infección de orina y demencia

Elsevier Infección urinaria recurrente en mujeres

Cistitis crónica: ¿hay una cura?

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